
Podemos hablar de ilusión óptica cuando nos podemos delante de esta magnífica escultura de Miguel Ángel.
Las proporciones del David no corresponden exactamente a las de la figura humana: su cabeza, manos y torso son más grandes de lo estipulado según las proporciones clásicas. Algunos críticos han visto en esta aparente desproporción una muestra de manierismo por remarcar los elementos fundamentales de la composición, aunque otra explicación se debería a la ubicación original de la estatua: sobre uno de los contrafuertes de la Catedral de Florencia, en una posición elevada, por lo que las proporciones de la escultura deberían aparecer de forma correcta a cierta distancia.